El 14 de febrero, estrené un blog: “ElTuiter delCongreso.com”. En mi primera entrada titulada "Twitter del PP versus Twitter del Psoe en 10 tuits", colgué un vídeo grabado por mí a las 16:00 horas de ese mismo día, como prueba de uno de los descubrimientos que desvelaba: la cuenta del PP, en esta red social, seguía a la de Kiko Rivera (o también conocido como Paquirrín). Curiosamente, al poco tiempo, la misma tarde, @PPopular dejó de seguirle. El Día de los Enamorados dejó de interesarle todo lo que él dijera, unos minutos después de que yo, inocentemente, destapara su amor -por cierto, no correspondido (el hijo de la tonadillera no les sigue a ellos)-...
Quizá fue una coincidencia que decidieran poner fin a su relación en fecha tan señalada o, tal vez, al verse descubiertos renegaron de su querer, abandonándole en el limbo 2.0, dejándole solo con sus 440.812 seguidores, entre los que no hay ningún otro partido político.
Me niego a sentirme culpable. Si el azar generó esta coincidencia, bienvenida sea y si no, será que el amor cibernético PP-Kiko Rivera tenía que terminar.
¿Qué buscaría el PP en los sabios haikus twiteros de tamaño sabio? ¿Quizás están pensando en fichar rubias más oxigenadas y peligrosas como las que Kiko tan bien conoce?¿Habrá sido él, un confeso parado de larga duración vocacional, el oráculo que inspiró la Reforma Laboral? ¿Fue Paquirrín el gurú de la victoria aplastante del PP? No me atrevo a asegurarlo porque no sé cuán largo fue su romance. Pero, prolongado o pasajero, lo que está comprobado, es que fue.
Fue la niña de Rajoy, harta de sus infidelidades, la que borró a Paquirrín de la lista...
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